miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hoy contraje compromiso, sí......pero conmigo misma


33 impactos de bala, 33 amores otoñales, 33 sortijas, 33 piñatas (Juro que la próxima Marcelo y Angelo compro una para que no digan después que a la tía le faltó la suya. Y como todo cumpleaños, aunque sea de horror, este tiene un comienzo: El jueves último cumplí treintaicuatro. Es cierto, empecé a comerme uno ¿Porqué quién soy yo para desairar la edad de Cristo?. ¿Nadie verdad?. ¿Y qué creen que me dijeron varias personas que quiero mucho? Pues sí, entre saludos y bendiciones apareció el famoso: ya llegará. Y me atreví a preguntarles: ¿quién exactamente llegará?, ¿un ascenso?, ¿mi viaje soñado a Grecia?, ¿mi turno para cargar a mi nuevecito y hermoso sobrino Giacomo?, ¿esos pumps mágicos de Christian Siriano que pude ver en bocetos y que no sólo son lindos, sino que además ayudan a estilizarme aún más?
Claro, se referían a un hombre, pero no a uno cualquiera. Se referían al hombre indicado, al correcto, al perfecto (para ellos). Entiendo que necesiten calmar su ansiedad y la angustia que les produce que su hijita mayor o amiga del alma sea la única en la familia o en el grupo que no ha pasado por municipalidad ni altar y que nisiquiera lo tiene en planes. Desde acá les digo, en este punto hasta siento que tengo que pedir disculpas por ser una heterosexual soltera cuyas amigas ya formaron familias y se van por el segundo o tercer compromiso.
Mi real pregunta no es ¿quién va a llegar?, mi pregunta es: ¿porqué la llegada del hombre de mis “supuestos” sueños suena a preocupación, a desconcierto, a curiosidad, a consuelo, lo “políticamente correcto” que hay que decirle a una mujer que cumple años y no tiene a ese alguien con quien compartir la celebración?

Y más ahora que el facebook está plagado de románticas proposiciones de matrimonio, inusitados anuncios de compromiso, repentinos cambios de status, sobre todo el de aquellos, que un día significaron algo y hoy sólo ofrecen saludos de cumpleaños in box por temor a exponer su relación a los infortunios del facebook o los que peor aun te ruegan que no se les escriba porque su clave purga pena en manos de su susodicha enamorada. Vaya si son pateticos algunos. A ellos les digo, no se alarmen, pasé la página hace mucho y empecé un par de libros después y poco tiempo me queda ya para revisar sus fotos, muros o declaraciones de amor…
En defensa a las personas que me quieren puedo decir que sí, lo admito, me hubiese gustado que ese alguien estuviera a mi lado ese día. Pero en su contra les digo que ese tipo de aclaraciones sólo hacen sentir que una es lisiada emocional, que mi vida no está completa, que mi vida no es suficiente para celebrar, que el que sea soltera les provoca: lástima, tristeza, y una cada vez más vaga esperanza de que llegue eso, que le hace falta a mi vida. Nada más falso. Soy feliz con lo que hago, la moda y el marketing son mi vida. Soy feliz con el amor que me profesan casi a balbuceadas mis sobrinos, en tono enérgico mi familia y con acciones mis amigos del alma. Soy feliz con la mujer que soy ahora.
No sé cuánto durará la vida de una damicela romántica, amante de los zapatos y compradora compulsiva pero soy una creyente de que la risa rejuvenece el alma y yo tengo un cúmulo de ellas debido a como me siento hoy. Pueda que quizás lo material se me agote, sobre todo si sigo comprando así, como esas muñecas que terminan calatas en alguna caja de juguetes viejos, pero con el pelo cepillado y una enorme e imborrable sonrisita pintada por la dicha vivida. Porque nadie me quita mis ganas endemoniadas de seguir disfrutando de mi vida con o sin pareja.
Apartir de este día, adquiero un compromiso conmigo misma. Sé que esto conlleva una responsabilidad. Desde hace muchos años, he intentado hacer lo correcto, lo que debo, pero no siempre lo que quiero... y eso me ha traído un vacío, el cual quiero llenar.
Lo quiero llenar conmigo misma, la soledad es para mi como un cuarto oscuro con una pequeña ventana al que no quiero entrar, y mientras más miedo me da más grande se hace el cuarto y más pequeña la ventana. Así que este año, voy a entrar y no voy sola. Entro con una serie de compromisos, los cuales me ayudarán a mitigar el miedo:
- Redecoraré mi habitación para lograr una más cálida y acogedora.
- Cambiaré de look e intentaré adoptar un nuevo estilo, sin alterar al mío, quizás uno más intrepido. Ya verán.
- Desempolvaré los miles de anillos,los más vistosos que tengo y los luciré según la prenda y la ocasión. Así no me fastidiaré ante tanto brillante minimalista que abundan os últimos días.
- Seguiré posteando aún cuando no este de muy buen ánimo porque escribir es mi antidoto.
- No tomaré a mal los comentarios relacionados a mi vida de soltera.No los tomaré personales. Nadie sabe lo que realmente disfruto.
- Y finalmente viviré el día a día como lo hice en mi cumpleaños rodeada de poca gente pero de la más importante en mi vida. Seré muy selectiva, la experiencia me lo dice.