domingo, 30 de enero de 2011

De shopping con mamá....¿Cómo hacer que funcione?

La relación madre-hija es una de las más intensas en la vida de las mujeres. Para muchas lograr la aprobación de nuestra madre, aún siendo adultas, tiene el poder de elevarnos hasta el cielo. Durante la infancia las hijas solemos llevar una relación cercana y fluída con nuestras madres. La situación cambia radicalmente en la adolescencia momento en que nuestra demanda de independencia se incrementa así como la sensación de control que las madres desean tener sobre el modo de ser, vestir y relacionarse de nosotras, sus hijas.
Recuerdo como si fuera ayer las caras de espanto de mi madre cuando salíamos de shopping. Y es que el grunge promovido por Cobain y los Guns imperaba y marcaba la pauta para quienes como yo querían lucir lo último del momento. Bandanas, pañueletas en la cabeza (estilo Axel), leggings con faldas combinados con colores fluorecentes. El algodón era reemplazado por la lycra y los zapatos tipo mocasin por suecos con suela de madera que difícilmente pasaban desapercibidos sino que lo digan las escalinatas cusqueñas de principios de los 90 que reunieron los pasos de un selecto grupo de inocentes feminas durante un viaje de prom...Que viaje!!. Y es que el punto era destacar, tema con el que mamá nunca comulgó como conservadora que es. Lo suyo es lo oscuro, discreto y su máximo atrevimiento:el rojo, éxito que siempre aplaudiré.
Para mamá la mayoría de lo que saltaba a mi vista se reducía a una simple y curiosa palabra "mamarracho". Casi estoy segura que fue una madre la que inventó tremenda palabrilla y el significado no podría ser otro que Mamarracho: lo que para mamá es "racho" osea "feo". El resultado: 90% de compras frustradas, todo un record en mi historial.
Pero el tiempo pasa y madres e hijas podemos reconocernos como iguales...tanto así que algunas basamos nuestra reconciliación pasando más tiempo juntas y haciendo un largo viaje pues la añoranza por el distanciamiento resulta más grande que todo lo demás. Mejor si se trata de visitar juntas NYC y te conviertes en su guía, como me sucedió a mi.
El puente de Brooklyn era la locación perfecta para hacer grandes fotos juntas. El lugar te da cierta nostalgia a algún episodio de reencuentro de nuestra serie favorita. La brisa así como el glamour se apoderan de tu cuerpo, sobre todo si estas a pocas horas de partir a tu sombría y nublada realidad de balcón miraflorino. Era hora del disparo final, el obturador estaba listo, era el gran cierre de un gran viaje...Allí estaba ella, algo disgustada por un intercambio de palabras producto de nuestras diferentes maneras de ver el mundo. Sus ojos brillaban ante tan linda vista y su cabello se movía al ritmo de un viento frío y estremecedor. Paradójicamente ni el gran parecido físico ni las sonrisas que ostentamos pudieron ocultar al lente de una cámara las diferencias que llevamos dentro. Ambas lo reconocimos al instante.
Y es que las madres y las hijas representamos dos puntos diferentes del ciclo de vida y por lo tanto los desacuerdos son perfectamente normales. Las amamos y escuchamos más que a nadie y aunque ya no puedan intervenir en nuestra manera de vestir y quizás nosotras sí en la suya, añoramos cuando nos vestian con enorme dedicación, enlazando nuestros vestidos color rosa y nuestras colas de caballo previa y estrictamente cepilladas a mano como cuando se lo hacían a sus muñecas de antaño, pero mejor.
Aceptémoslas entonces como seres normales, no les pidamos que sean perfectas...quizás una de sus fallas sea que no nos entienden como nos gustaría, pero eso no cambia su amor por nosotras. Y si no surte efecto y tienes la oportunidad de hacerlo llévala a Broadway y disfruten juntas Mamma Mía!!!. Obra fenomenal dedicada a madre e hija, no pueden perdersela.
Alguien me dijo: Cada vez que montas un avión una experiencia acaba, pero otra empieza...Y así empezó otro capítulo junto al ser más importante de mi vida, Mi madre.... con diferencias pero con nuevas coincidencias, una de ellas New York City.

miércoles, 12 de enero de 2011

El precio de una aventura en New York

Cuando una etapa llega a su fin tienes tres opciones: ir de shopping, cambiar de look o hacer un viaje y volar....volar seis horas al norte capeando las tormentas de fin de año y el ruido ensordecedor de las turbinas de un avión ...destino New York. En busca de lo que esconde en fiestas la gran manzana que de ningún modo podría ser la del sueño profundo según reza uno de nuestros mezquinos cuentos de infancia.
Allí estaba yo, en plena pista de aterrizaje, mirando  por las ventanillas del avión  mientras aguardaba la señal de salida y quede sorprendida por una cubierta de nieve que tenia sumergidas hasta a las mas grandes Van del JFK......
Si, volví a NYC siguiendo la frase de Le Corbusier (El Cuervo) uno de los arquitectos mas influyentes del siglo XX,  impregnada en el poster de una cafetería que visitara en setiembre del 2010 y decía "New York es una catástrofe, pero una magnifica catástrofe". Eso es Manhattan a ras de un suelo hormigueado por turistas, flashes, miradas de asombro y la tenue y diría yo glamorosa sonrisa de las que se sienten en un lugar único contemplado por todo el mundo. Todo es posible en NYC...lo dice Alicia Keys en su Empire State of mind. 
Las luces rojiverdes del Empire State están en la sangre de la noche y la moda, la moda también..es NY .....Un momento si piensas recorrer la 5ta, 6ta o 7ma avenida es mejor que te prepares. Recuerda meter en tu maleta todo el glamour que tengas porque querida la competencia es durísima así que toca estar a la altura pues no querrás que te confundan con una mochilera perdida en un estación del subway. Es duro, lo se pues hay que caminar mucho pero nada  mejor para el invierno que llevar unas buenas botas que mantengan calentitos esos pies que tanto sufren día a día. Las que mejor representan estas características son las que toda famosa lleva últimamente; las botas de borreguillo o también llamadas Ugg. Si eres petit como yo olvida los tacos por unos días...no te arrepentirás el recorrido lo vale!!! Si la Longoria los usa...adelante!!. 
Mezclalos con una chaqueta de lana, abrigos y pashminas de alpaca como la que lleve yo: color marfil obsequio de una amiga querida que ojala se juntase conmigo en Manhattan por estas fechas. No fallan!!!
Pronto y sin darte cuenta estarás lista para una nueva aventura a miles de kilómetros de Lima en una ciudad donde todo es posible hasta lo imposible. No es genial?


 

Las botas Ugg un must del momento

martes, 11 de enero de 2011

Una cenicienta en Christmas Eve

Cuándo reconocemos que una etapa acaba? Cuando nos obligan a escuchar el discurso de despedida más cliché de los últimos días: “Sólo  es un tiempo… necesito mi espacio” o mejor aún cuando nosotras somos las que lo damos (Créanme nadie  más torpe que yo para cortarla). Cuando llenamos una caja de cartón con memorias y un par de lágrimas-ininteligibles para algunos- por lo que un día fue… y nos toca cargarla solas, porque solas llegamos.


Para mi cuando tomo el bolso y voy detrás de una varita mágica (A las hadas madrinas,  oldfashion total,  las saco de mis contactos, no quiero llegar a vieja y disfrutar sólo de la felicidad de otras). Donde la encuentro? Tras los escaparates de la calle que más conquista Lima o en los sillones del salón de belleza q comparto con la Newton, una rubia brujita y una jovenzuela de nombre Sylvia que porque Dios es grande logra distraer mi cargo de conciencia por salir de casa apurada y sin una gota de make up (como bien dice mi buena amiga Tere)….Un must si vas a codearte con la socialité limeña cuya lengua jamás calla y menos perdona y sobre todo si el objetivo es sentirse cenicienta y no una desaliñada hermanastra.
Funciona todo el tiempo….pero más toma  entender que no hay traje nuevo ni unhas rojas que luzcan sino dejas el luto q llevas dentro;  y eso queridas es lo que menos cuesta si en soles hablamos pero lo que más divinas nos hace lucir en una gran gala. Pasa la página, rescata lo bueno, somos mujeres con cuentas claras, servimos el vino, lo destapamos, retiramos la silla para sentarnos y abrimos las puertas, lo podemos todo…y lo mejor  todo sin un sólo remordimiento. Dejemos de sentir esta nueva etapa  como un tránsito hacia un nuevo éxito, tal vez un nuevo amor…. Busquémonos  pues somos las personas con quienes nos acostamos todas las noches,  con quienes queremos estar el resto de nuestras vidas, nuestras mejores conquistas. Olvidemos el cuento que nos contaron cuando niñas sobre aguardar quieta porque un príncipe llegará para librarnos de nuestra soledad y nuestras decepciones; para rescatarnos…rescatarnos de nosotras mismas? (suele suceder, nos dejamos rescatar y en el camino perdemos nuestra esencia…nada más falso que eso, algunas ni nos reconocemos). Eso queremos? Nadie dice que hemos nacido para estar solas o fracasar y sufrir por ello, pero si  nos toca estarlo tenemos que asumirlo pues sólo tenemos una vida y  mucho es el tiempo que perdemos y  demasiadas las neuronas que no usamos por no pensar en nosotras. Y aquí coincido con la Barrón: tiremos al tacho los cuentos de hada que tanto daño nos han hecho y fortalezcámonos como sólo nosotras sabemos hacerlo con pasión e  hidalguía para luchar por lo que queremos y mucha, mucha actitud. El éxito y el amor…seguro vienen por añadidura.
Feliz navidad y que sus cajas de cartón se llenen de energía y fortaleza para volver a empezar….hoy y siempre. 

Pasó hace algunas semanas...

Amores pasados,  estilos futuros

Debe haber sido en el noventa y cinco, para ser más exacta en Marzo del 95. Definitivamente  lucía una figura quinceañera  y poca consciencia de lo que significa comer sano…obviamente un tanto más rellenita y mucho más casual  que lo que luzco hoy  y con eso traigo abajo los comentarios de aquellas que piensan que ganar peso no es mi fuerte;  ni la sencillez tampoco…. Es más casi recuerdo lo que llevaba puesto….pantalón de buzo azul, ojotas  y un polo de hilo también azul oscuro que sin lugar a dudas se convertían en un must del walking  que compartía con mis recordadas roomies por esos días. Terribol!!! como diría mi buena amiga Mary. Pero allí estaba yo y si mi memoria no falla habían pasado pocos días de iniciados los cursos generales de la U y ambos compartíamos  la misma cola de un pub huanchaquero una noche de playa, más estrellada y brillosa que la Lima nublada de mis días hoy.
Pocos días pasaron e intercambios de in y outs entre amigas, para que la swettie niña de mirada y porque no decirlo inocente look consiguiera novio y …Qué noviazgo!!!!, a juzgar por inéditas fotografías,  una mezcla de old fashion style y mucha, pero mucha química. No sabíamos de marcas que no fueran bass, nike, bongo y adivina cuál otra….pero sí de largas jornadas de besos, pocas de estudio  y un poquito más….. Fueron pocos meses los que nos vieron juntos y curiosamente después de eso nunca volví a dedicarle a uno de mis primeros e inolvidables amores más de 5 o 10 minutos para charlar y ofrecerle mi típico y para unos trillado discurso de despedida. El tiempo nos ganó y la música alternativa de los 90´ (Aerosmith, Radiohead, Counting Crows) y claro el entrañable Gianmarco anunciaron pronto que R ??  ya estaba acompañado  y yo intentaba curar algo que algunos años después entendí,  no tenía remedio.


Hace algunas semanas y en medio de una noche, un parque  miraflorino lo trajo de vuelta. Ni él encontró a la tímida y casual chica ni yo al juguetón galán de los 90. Su estilo feet y metrosexual  desprendido por su fragancia y ese sweater ceñido le habían ganado la batalla a la delgadez y sobriedad  de un muchacho que acompañó  una de las etapas más lindas que me tocó vivir. Finalmente y porque el taxi se detuvo cuando el semáforo marcó rojo, éramos los dos a ambos lados de la avenida, sin saber qué expresión ofrecer por tan inusual hecho,  la vida demostraba que nos había dado un muy buen trato, grandes lecciones y como no… una nueva oportunidad. La noche fue larga pero corta a la vez…Porque así tiene que ser.